Cómo el trauma cambia el cerebro
Haber sufrido situaciones traumáticas en la infancia como (abandono, divorcios, abusos, maltrato físico o psicológico, etc), puede cambiarnos la vida y también el cerebro y es que lo que la ciencia dice es que, tras una experiencia así, el cerebro se reconfigura completamente y cambia. Con lo cuál, sabemos que son experiencias que dejan mucha mella y secuelas.
Un reciente estudio (que ha analizado muchos estudios sobre trauma), ha revelado cómo estas experiencias traumáticas pueden alterar significativamente las redes cerebrales, impactando en el bienestar emocional y cognitivo a largo plazo.
Cambios en el cerebro
- Red de modo predeterminado: los niños que han experimentado trama, presentan mayor actividad emocional y social, esta red la cuál está involucrada en el procesamiento emocional y la interacción social, está menos activada, con lo cuál, puede llevarles a una hiperalerta emocional y dificultades en situaciones sociales.
- Red Ejecutiva Central: el trauma puede causar disrupciones en esta red cerebral, la cual es crucial para el control cognitivo y la regulación de la atención. Esto puede traducirse en problemas de concentración y toma de decisiones en la vida cotidiana.
- Insula Posterior: esta área cerebral, la cual participa sobre todo en el procesamiento interoceptivo y emocional, muestra una mayor actividad en personas con antecedentes de trauma. Por ello, las personas con trauma presentan dificultades para regular sus emociones y responder adecuadamente a los estímulos emocionales.
Artículo relacionado: El 40% de las enfermedades mentales (incluida la ansiedad) están relacionadas con el maltrato infantil
Áreas cerebrales que cambian
- La red de modo predeterminado se activa cuando estamos en reposo mental e involucra la reflexión sobre uno mismo y la socialización. Por ello cuando el trauma ha persistido, nuestro cerebro deja de darle prioridad a activar esta red, puesto que necesita activarse y estar en estado de hiperalerta constantemente para anticipar y evitar amenazas.
- Ejemplo: un niño que ha sufrido abuso puede estar constantemente pensando en posibles situaciones peligrosas, afectando su capacidad de concentrarse en la escuela o disfrutar de interacciones sociales.
- La red ejecutiva central es crucial para la toma de decisiones, el control de la atención y la regulación de la conducta. El estrés crónico y el miedo pueden interferir con estas funciones, dificultando la capacidad de pensar con claridad y de mantener la atención.
- Ejemplo: Un adulto que ha vivido situaciones de violencia doméstica en su niñez puede tener problemas para mantener un empleo debido a la dificultad para concentrarse y tomar decisiones bajo presión.
- La insula posterior está involucrada en la percepción emocional y la regulación del estado interno del cuerpo. El trauma puede provocar una hiperactividad en esta área, resultando en una hipersensibilidad a los estímulos emocionales.
- Ejemplo: Una persona que ha experimentado negligencia emocional puede reaccionar de manera exagerada a críticas leves, ya que su cerebro percibe estas situaciones como amenazas significativas.
¿Cómo puedes experimentarlo y vivirlo en tu día a día?
En base a las experiencias de trauma que puedas haber vivido en tu infancia, es posible que sientas:
- Hiperalerta: estás siempre en guardia y preparado//a para lo peor.
- Desconfianza: te cuesta confiar en los demás debido a experiencias pasadas de traición o abuso.
- Reacciones emocionales intensas: tienes respuestas emocionales exageradas a situaciones que otras personas pueden considerar menores.
Ante ello...
- Trátalo en terapia: pero con un profesional especializado en trauma y apego, que utilize técnicas como el EMDR, o la terapia cognitivo conductual, etc...
- Realiza prácticas de autorregulación: como la meditación, el mindfullness o ejercicios de respiración para mejorar tu regulación emocional, reducir el estrés y invocar calma a tu sistema nervioso activado y reducir el estrés.
- Mantén un entorno sano y seguro que te inspire paz y confianza, dónde puedas compartir tus experiencias sin miedos y recibir apoyo emocional.
Conclusión
Entender los efectos del trauma infantil en el cerebro y el comportamiento es crucial para desarrollar estrategias efectivas de sanación. Si tú o alguien que conoces ha experimentado trauma en la infancia, no dudes en contactar con nosotros y agendar tu primera sesión. ¡Somos expertos en trauma y apego y podemos ayudarte!
